El viernes 14 de marzo llega a Netflix Estado Eléctrico, la película más cara de la historia de la plataforma, dirigida por los hermanos Russo, responsables de Vengadores: Endgame. Con un presupuesto de 320 millones de dólares, la película presenta una distopía retrofuturista ambientada en un mundo alternativo de los años 90. La historia sigue a Michelle, una adolescente interpretada por Millie Bobby Brown, que, junto a un exsoldado (Chris Pratt) y un pequeño robot con la conciencia de su hermano, luchan contra una corporación tecnológica que ha creado una peligrosa realidad virtual.
Inspirada en las películas de ciencia ficción de los 80 y 90, como El Imperio Contraataca, los Russo han querido evocar el tono de las películas de Amblin, especialmente la parte más oscura de estas, conocida como «Dark Amblin». A pesar de la grandiosidad de los efectos visuales y la incorporación de actores de captura de movimiento para dar vida a los robots, la película se ha enfrentado a críticas por su falta de originalidad. Aunque los efectos digitales son impresionantes, la historia y los personajes se sienten reciclados de otros grandes títulos como Ready Player One.
A pesar de contar con una producción gigantesca y un elenco reconocido, como Chris Pratt y Millie Bobby Brown, muchos han señalado que Estado Eléctrico no logra destacarse. El resultado final es un entretenimiento que, aunque visualmente impactante, carece de la profundidad y el mensaje crítico del material original, lo que lo convierte en una propuesta que puede no satisfacer a los fanáticos más exigentes del cine de ciencia ficción.
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