Las próximas semanas serán ajetreadas para Chenta Tsai (Putochinomaricón). Tal y como plantea el artista el mes de mayo publicará su primer libro, publicará mixtape nueva y presentará los nuevos temas en el Ochoymedio Club de Madrid.
El autor del éxito “Gente de mierda” debutará como escritor con la editorial Penguin Random House este mismo mes de mayo. El libro se titulará “Arroz Tres Delicias. Sexo, raza y género” y lo editará Plan B, perteneciente a Penguin Random House. Se trata de un libro autobiográfico y reivindicativo. El autor define su libro así: “Siento que todos los que hemos sido considerados minorías compartimos una historia parecida. Con las sobras, los restos, los escupitajos, el racismo, la misoginia y la homofobia nos hicieron pedacitos, pero luego nos recompusimos y nos hicimos más fuertes. Este libro trata sobre ese momento crucial en el que uno decide deconstruirse y apropiarse de esos pedacitos”.
El 23 de mayo estará disponible en tiendas y en formato ebook. Mientras te dejamos un fragmento por aquí:
ARROZ TRES DELICIAS
Instrucciones
TW (avisos): racismo, capacitismo, transfobia, homofobia, especismo
Antes de cocer el arroz, hay que lavarlo tres veces —como mínimo— en agua fría hasta que esta salga clara, para retirarle el exceso de almidón. Os recomiendo removerlo y amasarlo entre los dedos para limpiarlo mejor, ya que en algunos casos ni con tres lavados se quita del todo.
Y es que se ha infiltrado en lo más profundo de nuestros poros,
nuestra piel,
nuestra memoria.
Lo que de verdad da miedo es que nunca nos demos cuenta. O peor aún: que no lo queramos ver.
Me lo recuerda mi tía siempre que voy a Taipéi, ciudad en la que nací un 20 de diciembre de 1990.
—Eres una banana (香蕉); blanco por dentro, amarillo por fuera.
Me ofendió la primera vez que escuché ese término. Por su ruda simpleza y porque, en parte, llevaba algo de razón.
Siempre he rechazado mi identidad.
Odiaba ser chino, disidente sexual.
Odiaba la incomodidad que esto suponía.
Y le di la espalda hasta que mi paciencia empezó a quebrarse.
Un apaño rápido.
Mi resistencia era inútil.
Aunque no quisiera ver la realidad, los demás sí que la veían.
Y me colocaban en esa otredad. En el cajón de objetos misceláneos, difíciles de etiquetar y agrupar, que acaban amontonados, sellados y olvidados en el desván.
A los once meses migré junto con mis padres a España, la edad suficiente como para empezar a pronuncia
También te puede interesar
Comentarios de las entradas (0)