Echando la vista atrás,la concepción de lo que entendemos por pop hoy en día nada tiene que ver con lo que era hace años. Lejos han quedado los singles coloridos, bailables y casi plásticos de los 90 y los 2000. La MTV analiza en un intesante artículo el porqué y el cómo de esta transición.
Hoy en día, el paraguas «pop» abarca tonos trap, r&b o hasta nu metal y country. Muestra de ello son los dispares estilos de los nombres más grandes del momento: Dua Lipa, Ariana Grande o Lorde no podrían ser concevidas como estrellas del pop en los tiempos de Britney o Christina Aguilera. Más cercanas al rock y al nu metal son titanas como Billie Eilish, Halsey o, en menor medida, la estrella de youtube Poppy, que carga sus verdaderos temas pop tradicional de ironía y crítica.
¿Qué lleva a estos artistas a tomar como influencia a los generos menos comerciales de los 90 en este 2019? En su época, estos estilos fueron una reacción en contra del hip hop energético y positivista que tan de moda estaba, y que se negaba a reflejar la situación social que vivía el país en ese momento. Era pues, una rebelión similar a la del grunge en la época anterior. El hip-hop fue en gran bretaña a su vez una reacción al Brit-pop, que mostraba reflejar alienación y miedo de la juventud descontenta.
Podemos deducir que, en este 2019 de tensiones sociales, el sonido divertido y optimista de los 2000 ya no es un reflejo de la ansiedad cultural y la inestabilidad política a la que nos enfrentamos. Buscamos canciones cuyo sonido nos acompañe en nuestro sentimientos, y eso se traduce en el cambio del «pop» (o lo que queda de él). Y, aunque Ava Max y Katy Perry se esfuercen por darle luz al género, no es de extrañar que sea Eilish, Halsey o Dua Lipa las que lleven la voz cantante.
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