Subastan una cabrita de cerámica

Subastan una cabrita de cerámica que esculpió el rey Carlos III hace más de 50 años por 10.000 euros.

Una cabra de cerámica hecha por el rey Carlos III de Inglaterra hace más de 50 años se ha vendido en una subasta por 8.500 libras, casi 10.000 euros. El vendedor es el canadiense Raymond Patten, que ha atesorado la pequeña figurilla de cerámica, que cabe en la palma de la mano, durante 55 años. Se lo regaló su tía abuela, que trabajó muchos años como cocinera en la Universidad de Cambridge, cuando cumplió 21 años.

El total pagado por un comprador estadounidense que ha preferido permanecer en el anonimato de, posiblemente, la única pieza escultórica conocida del rey Carlos III, incluida la prima a la casa de subastas Hansons Auctioneers asciende a 11.407 libras, alrededor de 13.400 euros. Se vendió tras una ardua batalla en la subasta, con un gran interés por compradores de todo el mundo: «Esta sencilla pieza de cerámica ha demostrado ser la cabra más grande de todos los tiempos», asegura el propietario de la casa de subastas, Charles Hanson.

El vendedor, un septuagenario carpintero jubilado de la Columbia Británica recuerda que su tía Nellie, Helen Patten, se lo regaló el 22 de junio de 1969. «Me dijo que la había hecho el príncipe Carlos. Estaba orgullosa de que él asistiera a la Universidad de Cambridge a finales de la década de 1960, cuando ella trabajaba como cocinera para el presidente del Queen’s College. Creo que conocía personalmente al futuro rey. He atesorado a la cabra toda mi vida», asegura.

El príncipe Carlos fue admitido en el Trinity College de Cambridge en 1967 para estudiar Arqueología y Antropología y luego Historia. Se convirtió en el primer heredero británico en obtener un título universitario y se graduó como Licenciado en Artes en junio de 1970.

La cabra de cerámica

«La cabra de cerámica de las tierras altas, con sus cuernos amarillos y sus rayas amarillas, rosas y marrones, está bellamente esmaltada y modelada. Capta la vitalidad relajada y el encanto de finales de los años 60 y principios de los 70. Quizás el rey Carlos se inspiró en la mascota cabra del Regimiento Real de Gales. Como primer coronel en jefe del regimiento, vistió su uniforme en su investidura como Príncipe de Gales en 1969», sugiere Hanson. «El vendedor decidió desprenderse de él debido a su importancia histórica. Está en sus años de jubilación y quería encontrarle un nuevo hogar donde fuera atesorado durante las próximas décadas».