La cantante americana Pink acababa hace unos días sus conciertos en Berlín con su gira europea «Beautiful Trauma», después de su paso por Irlanda, Reino Unido, Bélgica y Francia. Un poco antes de su actuación, la artista publicaba una foto en su cuenta de Instagram en la que se veía a hijos corriendo por el Monumento al Holocausto, en Berlín, junto un pequeño texto: «Berlín te quiero».
Muchos de sus seguidores han criticado la decisión de la artista de dejar a sus hijos correr y jugar por un lugar dedicado a las víctimas del masivo genocidio que tuvo lugar en Alemania en la Segunda Guerra Mundial. Pink incluso ha sido acusada en las redes sociales de falta de respeto, ya que debería haber enseñado a sus hijos a respetar el lugar.La cantante publicaba un texto posteriormente como respuesta: «mis hijos son judíos, como yo y la familia de mi madre al completo. La persona que construyó esto creía que los niños debían ser niños, y para mí esto es una celebración de la vida después de la muerte. Por favor, guárdense su odio y sus juicios para ustedes».
Pink hacía referencia así al autor del monumento Peter Eisenman que, en su momento, declaraba a la BBC que este memorial «no era un terreno sagrado» y que si la gente «quiere merodear, creo que está bien». Eiseman salía al paso así de una controversia anterior provocada por el mismo motivo en 2017. Un escritor germano-israelí criticaba los «selfies» que se hacían en el lugar diferentes «influencers» tildándolos de frívolos. Con el fin de dejarlos en evidencia, el autor publicó una serie de estas fotos retocadas para que parecieran un campo de concentración.
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